El valor de escuchar: como Sonrisas de Bombay le ha cambiado la vida a Preeti

Esta es una historia sobre la importancia de pedir ayuda, de la necesidad de poder hablar de los problemas que nos preocupan y, también, sobre cómo el buen trabajo da sus frutos y el centro de Pariwartan en Katmandú, Nepal, se está convirtiendo en un espacio de referencia para muchas chicas jóvenes de la capital nepalí.

Conoce a Preeti

Este es el caso de Preeti Tamang (nombre ficticio), una chica de solo 16 años que vive con su madre en Katmandú. Su padre las abandonó cuando era una niña y su madre se hizo cargo de ella trabajando en la construcción y como asistenta doméstica. Sin embargo, todo empeoró cuando a su madre le diagnosticaron cáncer de huesos. Tuvo que dejar de trabajar y no llegaba ningún dinero a casa, por lo que Preeti tuvo que dejar la escuela y ponerse a trabajar.

La joven se puso a trabajar en la obra, recogiendo sacos de cemento, arena y ladrillos. Era un trabajo muy duro y solo le daba para pagar el alquiler de una habitación y los gastos médicos del tratamiento de su madre. Durante mucho tiempo, tanto Preeti como su madre solo podían comer una vez al día. La situación era tan desesperada que su madre le llegó a proponer en varias ocasiones suicidarse juntas, para olvidar así todos sus problemas. Sin embargo, Preeti la animó a seguir adelante, aunque ella misma se encontraba en una profunda depresión: no solo sufría por su madre, sino que ella mismo fue víctima de acoso sexual en el trabajo. Como ella misma nos cuenta, se sentía sola y triste; no tenía a nadie con quien hablar y se sentaba en la habitación a llorar durante horas. 

La importancia del boca a boca

Un día, Preeti se reencontró con una vieja amiga de la escuela. Le contó su situación y por qué había tenido que dejar de estudiar, y su compañera enseguida le recomendó que visitara la ONG nepalí Chhori, con quien Sonrisas de Bombay trabaja en Katmandú. La joven visitó la oficina de la organización y las trabajadoras sociales del centro fueron a su casa a visitarla. Tras la evaluación, el equipo de Chhori y Sonrisas de Bombay le proporcionaron apoyo educativo y la ayudaron a que pudiera seguir sus estudios en la escuela matinal. Después de la escuela, ahora se dedica a hacer artesanía para ganar dinero y sigue asistiendo a las sesiones de la organización para tratar sus problemas psicológicos. 

Psycho-social workshop

Ahora Preeti está feliz: ha podido continuar sus estudios y ayudar a su familia. Pero no solo esto, por primera vez Preeti ha encontrado un lugar donde compartir sus penas y sus inquietudes. Como ella misma nos cuenta “Solo por compartir mis problemas, sentí alivio y una energía positiva que me hizo aumentar mi confianza”. 

En Sonrisas de Bombay no solo queremos proporcionar los recursos y las oportunidades para un futuro mejor, también queremos ser un espacio seguro para que, chicas como Preeti, puedan expresar sus miedos, sus inseguridades y sus problemas y no se sientan solas.

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